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Leyendo detenidamente a José Ortega y Gasset en su ensayo "La Deshumanización del Arte", nos enfrentamos ante un análisis y una visión conciliadora acerca del arte nuevo en todas sus ramas(música, pintura, poesía, teatro, etc.), se caracteriza cuidadosamente la tendencia que éste impone. Así mismo se expone el por qué éste resulta tan impopular. Desde tiempos remotos, el hecho de que nos guste o no una obra de arte radica en cuán envuelta, identificada y comprometida se vea nuestra humanidad; en si nos hace llorar, gozar de júbilo, sentir miedo, y todas las emociones propias de nuestra especie. El arte se había dedicado hasta entonces a ser altamente realista (naturalismo) y altamente dramático, dándole su índole patética necesaria para gozar de la popularidad del público observante. Es justamente por ésto que el arte se transforma en motivo pero no es causa por si mismo. El giro radical que llega con el arte nuevo es el rompimiento casi que total con esta concepción establecida, volviendo el arte algo con un fin, esencia y objeto casi que exclusivamente artístico. El arte nuevo divide al público en los que no lo entienden y los que si, siendo estos últimos poseedores de una sensibilidad estética especial. No son individuos superiores pero ciertamente diferentes. Al volverse el arte la causa y el motivo, y alejada diametralmente de lo humano(en sus formas vivientes reales), el centro de atención deja de ser la exaltación de lo mismo, y pasa a ser la exaltación de la estética de la obra como tal, negando la humanización y los ingredientes reales que puedan presentarse como obstáculo de las ideas y musas propias de la visión auténtica del artista. En este orden de ideas, nos es expuesto que el arte nuevo es para artistas, deja su base popular para limitarse a aquellos cuyo fin y causa es el arte "puro" (sin más pretensiones) si pudieramos así decirlo. Un arte que deja atrás sus misiones de salvación de la humanidad, de reestructuración y exaltación de la ésta, para pasar a que el acto artístico por sí solo, la subjetividad, la idea, el trazo, sea el protagonista por si mismo.
Se dice entonces que el arte nuevo se puede caracterizar por su tendencia a 1.la deshumanización; 2. evitar las formas vivas; 3. a hacer que la obra de arte no sea sino obra de arte; 4.a considerar el arte como juego; 5. a una esencial ironía 6. a eludir toda falsedad y por lo tanto a una escrupulosa realización; 7. ser intrascendente. 1
En el ensayo vemos descritos estos aspectos detalladamente, pero en el presente escrito pretendemos mostrar la extinción de los elementos de oposición y trascendentes de la cultura por medio de los cuales se extendía otra dimensión de la realidad. Esta terminación de la cultura bidimensional puede que sea por la evolución y/o rechazo a los valores culturales establecidos como nos lo plantea Ortega y Gasset, sin embargo, es necesario cuestionarse si mas bien esta liquidación en cambio se engendra a través de la incorporación total al orden establecido. El arte como un ofico intrascendente, en ámbitos excluidos del común, elitizado y además subjetivizado y conducido a la mercantilización como un área equiparable a los deportes. (en su ligereza, intrascendenciay como práctica de juventudes preocuapdas por la estética como fin y causa).
José Ortega y Gasset, argumenta extraordinariamente lo postivo de esta nueva visión. Yo lo abordo con un poco de esceptcismo.
En todo caso vale la pena retomar el texto original y formar criterios personales. Es de rescatar la validación, conciliación y comprensión que le da el autor al nuevo arte, como una visión alterna de ver las cosas.
y ¿Cuál es su posición?
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1. ORTEGA Y GASSET, JOSÈ, La Deshumanización del Arte, Planeta de Agostini,1985, pág 20