miércoles, 21 de julio de 2010

UN BICENTENARIO MUY FESTIVO...y represivo

Y bien, un 20 de Julio más, pero no cualquier 20 de Julio, no, el BICENTENARIO.
Pero, ¿Bicentenario de la Independencia? o ¿200 años de lucha?
La celebración del bicentenario fue con bombos y platillos: concierto, danzas, teatro, juegos pirotécnicos, desfile militar.
La capital se llenó de gente con bandera tricolor, patriotismo a flor de piel y ambiente festivo con comercio por doquier.

El evento de cierre en la plaza de bolívar estuvo tan concurrido que la mayoría de la gente no pudo entrar pues a la plaza no le cabía ni un tinto, esto causó molestias y hasta la explosión de unos cuantos petos por parte de asistentes y gas lacrimógeno por parte de los anti disturbios.
Este de 20 de Julio todo fue alegría y fiesta, o por lo menos así se mostró; sin embargo la triste realidad es la represión de las diferentes marchas en todo el país en muestra del inconformismo con el estado de las cosas y la exigencia de la renuncia de Uribe por ilegítimo y por impulsar medidas genocidas en nombre de la "democracia". Los numerosos manifestantes en todo el paìs fueron reprimidos y no se les permitió marchar ni expresarse, por el contrario el 20 de julio fue fiesta, alegría y refuerzo ideológico para que la gran masa piense que todo está bien y que realmente somos "independientes".

Después de 200 años, los mismos que nos colonizaron, son los dueños de los servicios "públicos", empresas estratégicas de nuestra economía, etc. Las potencias tradicionales dictan nuestros destinos y caminos y nos invaden con bases militares con la excusa de combatir el narcotráfico, que a pesar del imaginario común, aumenta y se refuerza cada vez que que Estados Unidos mete la mano.
A pesar de todo esto, queda por destacar la calidad y número de actividades culturales que se generaron al rededor del bicentenario y también cabe añadir que no cumplimos 200 años de independencia, sino de lucha, que no estamos conformes con el estado de las cosas y el continuismo que nos espera y que queda en nuestras manos seguir en búsqueda de una libertad real.

¡Viva Colombia!

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